SO2: Dióxido de azufre. El dióxido de azufre, u óxido de azufre (IV), es un óxido cuya fórmula molecular es SO2. Es un gas incoloro con un característico olor irritante. Se trata de una sustancia reductora que, con el tiempo, el contacto con el aire y la humedad, se convierte en trióxido de azufre. La velocidad de esta reacción en condiciones normales es baja. El dióxido de azufre es un gas irritante y tóxico. Afecta sobre todo las mucosidades y los pulmones provocando ataques de tos. Si bien este es absorbido principalmente por el sistema nasal, la exposición de altas concentraciones por cortos períodos de tiempo puede irritar el tracto respiratorio, causar bronquitis y congestionar los conductos bronquiales de los asmáticos. La concentración máxima permitida en los lugares de trabajo es de 2 ppm.
NO2: Dióxido de nitrógeno. El dióxido de nitrógeno u óxido de nitrógeno (IV) (NO2), es un compuesto químico formado por los elementos nitrógeno y oxígeno, uno de los principales contaminantes entre los varios (óxido de nitrógeno y carbono). El dióxido de nitrógeno es de color marrón-amarillento. Se forma como subproducto en los procesos de combustión a altas temperaturas, como en los vehículos motorizados y las plantas eléctricas. Por ello es un contaminante frecuente en zonas urbanas y rurales. Es un gas tóxico, irritante y precursor de la formación de partículas de nitrato. Estas llevan a la producción de ácido y elevados niveles de PM-2,5 en el ambiente. Afecta principalmente al sistema respiratorio.
PM2,5 (partículas): son partículas muy pequeñas suspendidas en el aire que tienen un diámetro de menos de 2.5 µg/m (micras). La materia particulada incluye sustancias químicas orgánicas, polvo, hollín y metales. En concreto las PM2,5 pueden provenir de todas las clases de combustión, como la de los automóviles, camiones, fábricas, quemas de madera, quemas agrícolas y otras actividades. Se les considera un contaminante atmosférico por sus efectos nocivos sobre la salud. La inhalación es la principal vía de exposición y penetración en el organismo. Sin embargo, una parte del material particulado queda retenido en la mucosidad nasal, pudiendo llegar al sistema digestivo y actuar desde este. Es el caso del plomo que se encuentra en forma de partículas suspendidas en la atmósfera, siendo esta la principal vía de exposición. Las partículas por debajo de 2,5 micras (PM2,5) pueden penetrar hasta las partes más profundas del pulmón, los alveolos pulmonares, y desde allí pasar al torrente sanguíneo, por lo que potencialmente son las más nocivas para la salud.
En general, las PM2.5 tiene las siguientes características:
* Cuanto más pequeñas sean las partículas, más profundamente pueden desplazarse dentro de los pulmones al respirar.
* Se ha demostrado que la contaminación por partículas finas causa efectos serios en la salud, incluyendo enfermedades cardíacas y pulmonares.
* La exposición a PM2,5 aumenta la mortalidad.
* Los niños, los ancianos y las personas que sufren de enfermedades cardíacas y pulmonares, asma o enfermedades crónicas, son más sensibles a los efectos de la exposición a PM2,5.
PM10 (partículas): pequeñas partículas sólidas o líquidas de polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento o polen, dispersas en la atmósfera, y cuyo diámetro aerodinámico es menor que 10 µg/m (1 micrómetro corresponde la milésima parte de 1 milímetro). La exposición prolongada o repetitiva a las PM10 puede provocar efectos nocivos en el sistema respiratorio de la persona, no obstante son menos perjudiciales que las PM2,5 ya que al tener un mayor tamaño, no logran atravesar los alveolos pulmonares, quedando retenidas en la mucosa que recubre las vías respiratorias superiores. La Directiva 2008/50/CE indica que para la protección de la salud no pueden superarse los 50 microgramos por metro cúbico durante 24 horas más de 35 veces por año civil. La mayoría de estas partículas precipitan en la tierra, provocando una capa de polvo en la superficie que puede afectar seriamente a la salud tanto de los organismos terrestres como los organismos acuáticos.
CO: Monóxido de carbono. El monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro que en concentraciones altas puede ser letal, pues impide el transporte del oxígeno a la sangre, lo que puede ocasionar una reducción significativa en la dotación de oxígeno al corazón.
O3: Ozono. El ozono (O3) es una sustancia cuya molécula está compuesta por tres átomos de oxígeno, formada al disociarse los dos átomos que componen el gas de oxígeno. Cada átomo de oxígeno liberado se une a otra molécula de oxígeno gaseoso (O2), formando moléculas de ozono (O3). A diferencia de la capa de ozono (a nivel estratosférico), el ozono troposférico se encuentra a nivel del suelo, donde tiene lugar la vida en el planeta. Esta molécula es un oxidante muy potente que, en la troposfera, afectará tanto a la vegetación natural como a la producción de cultivos e incluso a la salud humana. En función de la concentración y el tiempo de exposición a los gases, y su generación en caso de que sea de manera industrial mezclado con otros elementos o compuestos como el óxido de nitrágeno, los daños serán más o menos perjudiciales. Puede producir tos, irritaciones en la faringe, irritaciones en la garganta y los ojos; dificultades respiratorias, empeoramiento de la función pulmonar o síntomas de malestar general.
En verano, por la mayor cantidad de horas de sol, puede alcanzar umbrales muy peligrosos para la salud y, por ello, es necesario hacer un seguimiento muy detallado de sus concentraciones. En el caso de que se superen los 240 microgramos por metro cúbico (nivel de alerta a la población), existe riesgo para la salud humana. Sobre todo entre las 10,00 y las 16,00 horas, que son los momentos de máxima concentración. Los niños, ancianos y personas con problemas respiratorios serán los grupos más sensibles.
Esta situación es más común en las regiones mediterráneas, donde coinciden situaciones anticiclónicas con grandes densidades de tráfico. La única manera de reducir las emisiones es reduciendo los precursores NOx, COV, es decir, disminuyendo la cantidad de vehículos en las calles.